Friday, July 29, 2005

Ultrapoético

Viernes Carioca, descubrimiento de Antônia Pellegrino, inveja de gatinho, orquestación de la filarmónica de la UFRJ y del sistema de transporte colectivo que sigue trabajando hasta los sábados por la noche cuando nosotros perdemos el tiempo en cosas fútiles.
Viernes Carioca, la gatinha con enxaqueca, redescubrimiento de la mina de Pellegrini, la ladrona de libros, la invejável, la única para quien el whisky no es el néctar de la igualdad de los sexos, sino el sexo que iguala todos los néctares. Este año comenzó con tu aroma en mi madeleine y en mi taza de té, y terminó con el bip bip y cerveijas de a dólar, mi enxaquecado delirio amoroso- la que me dicta las órdenes, dijiste- y el posador oficial de todas las fotos que no se imprimen. Lo que bien acaba mejor comienza, y solamente por esa manía que tenemos de jugar con las palabras, perras negras (¿te acuerdas, pretinha, de las perras negras y el Gran Hasunto, de los diálogos paralelos tres veces al día mientras que la Doctora con De Mayúscula me mentía sobre lo aburrida que era la literatura griega hace ya solamente seis pudorosos años?), y no porque lo que comienza bien tiene que empezar bien, ni porque exista alguna lógica en esas letras reconstruídas desde las ruinas circundantes que cercan la biblioteca de papel, sino porque casi llego a tu cielo, y una carencia absurda de héroes americanos (Washington, Franklin, y todas las denominaciones posibles) me lo impidió. Sólo por eso no intento redimirme, porque no hay redención sin olvido ni resurrección sin muerte, y tampoco se trata de matar inocentes.
El caso, y lo sabes, es que no puedo decir con palabras mojadas por esta lluvia que no cae que ya es hora de encontrarnos nuevamente y que no sé si el correo llegue a lugares tan recónditos como para enviarte una postal-dedicatoria-libro-biblioteca, de esas que contienen todos los versos más tristes de todas esas noches tan secretamente nuestras.

Que si me acuerdo


Quien osase preguntar si su majestad esta desnuda o no, se gana el premio, pero pierde la cabeza.
Por cierto y por si las dudas moscosas, el motivo de la foto: ese es mi pie (agradezco a la Canon U.S.A. inc., a miss Cantero por la imagen de la bella suela, al Lic Muñiz por proveer el guardarropa y a Mr. Kahan por la pose).
Que si me acuerdo de usted, que si me acuerdo de las tierras lejanas donde se refina lo que hoy conocemos como barriles de crudo, que si me acuerdo de los altares y las veladoras, que si me acuerdo de las zonas de no fumar, que si me fumo los altares y si las chachanovelas ediposas y adiposas se curan con clearasil o con el tiempo, hasta que el clearasil ya no se necesite.
Que si en las tardes me quedaba en la oficina por gusto o por evitar el terrible embotellamiento (embottlement?) que me desquiciaba inlcuso cuando el debate mental radicaba en la disyuntia entre mirar desde la ventana (aludiendo y parafraseando el nombre de una novela recientemente publicada y ya hoy elogiada desde mis degastados entrededos) o salir al anfiteatro natural a leer el Prometeo Encuadernado; que si hoy tengo cabeza para tantas cosas; que si hoy la memoria me sigue funcionando, que si la tercera es o no la vencida, que si es posible escribir sin acentos y sin faltas ortogra/gra/grá/gracias por provocarme el recuerdo.

Monday, July 18, 2005

Alô alô Realengo


Después de despertar tarde, de dormir temprano, de no llegar a ningún lugar a tiempo, de fumar habano disfrazado de Hemingway en latitudes simétricas y regularizadas por una globalización que llega aunque no se quiera, descubro nombres alternativos para lugares particulares. Mientras en tierras norestenses de ese noreste del que nunca podré desvincularme, Monsieur A. Cuesta recibe galardones merecidos si no por su perseverancia (aunque sí, también por eso), tal vez por su calidad literaria, que cuestiono honorablemente y sonriéndole desde este lejano disfraz de cosmopolita alla Silviano Santiago, que me hace sentir más en contacto con las raíces lusófonas que con las que estoy acompañando mis platos fuertes y recordar el brindis con cachaça que le proferí cuando me enteré que el tequila aquí es tan caro, aunque eso y más merecerá el entrañable Seu Cuesta. Aunque ahora no esté en condiciones de continuar el elogio porque me espera el relogio con seu tique-taque chingaquedito y Jaime Roos con su voz-a-no-va y su te acuerdas de Colonia del Sacramento en motocicleta y esa vista del city desde el faro, a 40 grados aquel marzo antes del golpe, de ese golpe que le dieron a dlRua en la cabeza, el también conocido 12-20. ¡Salud, mi Rafa!

Saturday, July 02, 2005

segunda feria


Llegados a este punto, ya no me hago pa atras, dice don LL, asi que dejemos que la llegada de los visitantes estreche el espacio y esta mansioncita se cubra de whisky y poco hielo, como lo manda el canon palatal del que aqui suscribe. Copacabana ta suja, pouco chata, hoje. Fico em casa e trabalho nas babadas pessoales que segundo eu teria que fazer. Mas na noite, ao fogo. Assim olhava a cidade a quinta na noite, antes de dormir.
Se Aime visse isto ficaria maluca. Eu, sem camisa, contra a moral e as boas costumes, fumando camel, bebendo o mesmo de sempre... o que vai fazer, pretinha?
Devo-lhe uma viagem aos bons ventos.
El lunes comienzo en la puc, y termino en la cama, mirando al techo. Pereza mental, mucha.
A minha Laura, gatinha acoelhada, ja chega.

para bien acabar

El gran hasunto

Empecemos por el principio.
Bemvindos welcome.
Necesito una visa para entrar aqui?
Espero que no.
Y nada de quedarse en hoteles. Eso es de nacos.