Thursday, September 21, 2006

fragmento II

Desperté

con la dulzura de tu piel en las manos

sombra de blanca luz que toqué a oscuras

y los batientes cueros de tambores alados

aún vibrando en mis dedos.

Cálido viento suave como aliento

horno de luz de almendra de sombra de humo de tierra;

frescor amaneciente, fragor amenazante

hoja de lluvia que se detiene entre sus verdes venas.

Soñabas que las hijas de la noche

revoloteaban agoreras sobre tu vientre,

que sábanas de espuma navegaban

sobre el mar de tu pecho;

que el rumor de las huestes galopando

en el centro perdido de la noche

recorría tus piernas.

Entonces fui el universo de portales abiertos,

un arado que en círculos concentra

en tu ombligo el secreto.

La palabra, abierta y puntiaguda,

articulada por la lengua de fuego

extinta, es sólo tinta,

derramada en el suelo.

Monday, September 18, 2006

Fronteriza

En el umbral del paraíso
siempre se extrañan
las caras de la luna.

El ojo de los ángeles altivos
reduciéndose a nada en el silencio.

Los pasos que se dan
en el umbral del paraíso
son dudosos, escépticos,
caninos
de esos de perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo.

Siempre aparecen las caras de la luna
al pie del paraíso.
Casi igual que silencios apretados
como un cruel alarido;
casi como la sombra de un diamante
technicolor;
y el frío
de la altitud sobre el nivel del mar
uterino
cala hasta la médula del hueso anfiteatral morguiástico
del infierno perdido
perdido
por al fin
encontrarte.